El automóvil avisa de una nueva crisis: atasco de coches en las fábricas por problemas logísticos
Nueva crisis en el sector de la automoción. A la falta de piezas en las fábricas para la producción de coches por la escasez de semiconductores, ahora hay que sumar los problemas logísticos que están sufriendo las grandes marcas para trasladar las unidades desde las plantas hasta los concesionarios. Una situación que amenaza con alargar los plazos de entrega más allá de los seis meses, media actual, en 2023. Esta situación viene provocada por los efectos derivados de la crisis del coronavirus que obligó a cientos de empresas de transporte a cesar su actividad de forma definitiva ante la caída de la demanda por el desplome de las matriculaciones de vehículos.
Así lo han explicado fuentes cercanas a la situación en conversaciones con este diario que señalan que «a la falta de piezas en el mercado por el impacto de la crisis de los semiconductores, ahora hay que sumar los problemas logísticos que están sufriendo algunos fabricantes, también en este caso europeos, a la hora de trasladar los vehículos de las factorías a los distintos puntos de ventas, incluso dentro del país». «Esto provocará que para comprar un coche haya que esperar casi un año y la lista de espera se dispare 4 meses más de la media actual», concretan.
«Los fabricantes automovilísticos cancelaron gran parte de sus contratos con las empresas distribuidoras por la reducción de los pedidos tras el impacto de la pandemia, cuando en España se matricularon 850.000 unidades. Ante esta situación, las logísticas se vieron obligadas a cesas su actividad de forma definitiva por la reducción de la carga de trabajo», señalan las citadas fuentes.
Unos niveles que no se han recuperado en el último año. «Se ha generado la tormenta perfecta en el sector del automóvil, la demanda de los clientes no se está satisfaciendo, ya que los cuellos de botella en la cadena de suministro y los problemas en la distribución de coches han dado como resultado una falta de stock de unidades, esto es más demanda que oferta», explican. Un problema que lejos de solucionarse podría empeorar en 2023.
Ralentización de las matriculaciones
No obstante, el sector alerta de que en los últimos meses se está registrando una ralentización de las ventas por los efectos derivados del encarecimiento de los combustibles, la subida de los precios de los coches y la incertidumbre económica derivada del impacto de la invasión rusa de Ucrania. A lo que también hay que sumar los problemas en la cadena de suministro.
«No esperamos que el año cierre por encima de las 850.000 unidades, un cifra aún peor que el año de la crisis del coronavirus y una cifra que también preocupa porque el suministro de piezas en las fábricas de automóvil sigue siendo volátil, por lo que encaramos un otoño incierto muy lejos de la recuperación», alertan.